24.7.09

Capítulo 7: Breve reflexión de Nitti



Ni el vino antiguo creador de la lengua latina y de su logro máximo la conversación entre los humanos, logró nunca, que tanto Eros como Adolfo desactiven las compuertas de su ceñido y particular modo de conservar la confidencialidad. Tal era el caso que ninguno de los dos sabía para nada si el otro por ejemplo si había estado casado o había echado hijos al mundo, cual habían sido sus profesiones u oficios o que tipos de ideales políticos perseguian o habían perseguido durante su vida. Nitti consignó desde el principio este tipo de consideraciones con respecto de sus amigos al ser parece el único intrigado del grupo a causa de esto. Ni Eros ni Adolfo mostraban nunca la más mínima intención de abordar, lo que para Nitti y para cualquier persona normal sería lo más lógico, aspectos de su pasado.
Cuando alguno de los hijos o parientes de los residentes en el Hogar Sainte Claire llegaban de visita. Nitti se apretujaba en su silla como conteniendo cierta envidia, cierta desazón de no ser el a quién venían a ver, hasta que reprimía su tristeza a fuerza de fantasear con que en realidad, si a creer que cada uno de los visitantes eran sus hijos, sus sobrinos o su nietos. En silencio, en el laberinto de su mente los traía hasta su silla hasta estrecharlos en un candoroso abrazo. Después miraba a sus costados para ver si alguno de sus dos amigos, que estaban en la misma situación que el, es decir que no recibian visita alguna, hacían algún comentario al respecto. Pero nada. Los dos parecían inmunes a eso que a Nitti lo asolaba. Siempre creyó Nitti que ese sería, la gran oportunidad, el momento en que alguno de los dos tocado por la nostalgia comenzaría de un momento a otro a hablar de sus afectos, de su vida, no podía ser posible que los dos permanezcan indolentemente viviendo para siempre en el plano inmodificable de un presente absoluto. Que clase de estoicismo los había picado. Para colmo de males la extrema timidez de Nitti hacía imposible que sea el mismo, por medio de preguntas claras y directas, quien los instigue a largar el rollo. Temía que cualquiera de los dos lo tomen a mal. Así que prefería dejarlo así.

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